Esta actividad consiste en reunir a todos los alumnos en círculo y que imiten al director, en este caso, el profesor, con la finalidad de conseguir que los alumnos puedan recordar los pasos y realizar el baile. Además, esta actividad nos propone realizar música a través de nuestro propio cuerpo.
¿Cómo podemos enseñar esta actividad?
Cabe destacar que esta actividad debe trabajarse poco a poco, de hecho, puede ser una actividad que esté presente durante todo el año, de esta manera los alumnos llegarán con seguridad al objetivo que perseguimos con esta actividad.
El director comienza a enseñar los diferentes pasos que contiene el baile, a medida que los alumnos van imitando.
Como se ha dicho anteriormente, estos pasos se enseñarán en diferentes días. Es decir, el primer día por ejemplo se enseñará un “3-3” y “5-5”. El siguiente día repasamos lo que se ha trabajado y añadimos una combinación de “3-3-5-5” … y así, sucesivamente.
Para comenzar, el director marca como se realiza un “3”, primero palmada con las dos manos, a continuación, la mano derecha al pecho y después la mano izquierda al pecho.
Para realizar un “5” sería, palmada con las dos manos, a continuación, la mano derecha al pecho y después la mano izquierda al pecho. Nuestra mano derecha da palmada en nuestro muslo derecho y la mano izquierda de la misma manera, sucesivamente.
Para realizar un “7” sería, palmada con las dos manos, a continuación, la mano derecha al pecho y después la mano izquierda al pecho. Nuestra mano derecha da palmada en nuestro muslo derecho y la mano izquierda de la misma manera, sucesivamente. La mano derecha da palmada atrás del muslo derecho y la mano izquierda da palmada atrás del muslo izquierdo.
Para realizar un “9” realizaríamos los pasos “3” “5” “7” añadiendo dos pisotones en el suelo, primero con el pie derecho, y después con el pie izquierdo.
También podemos añadir una última palmada final.
A medida que vamos a ir enseñando estas sucesiones, podemos ir complicándolas más: “3”, “3-3”, “3-5”, ”3-3-5”,”3-3-5-5”,”3-3-5-5-7”, ”3-3-5-5-7-7”, ”3-3-5-5-7-7-9”, ”3-3-5-5-7-7-9-9”,”3-3-5-5-7-7-9-palmada”… y muchas más.
Cuando el maestro haya detectado que los alumnos ya han adquirido estos pasos, podrá intercambiar los papeles de la orquesta, haciendo que también los alumnos puedan ser los directores. Podemos hacer variables dentro de la actividad, aumentando el ritmo, disminuyendo el ritmo…
Además, esta actividad propone muchas alternativas, ya que no solo debe quedarse en un simple juego, sino que podemos aprovechar este momento educativo para crear un concierto en el auditorio del colegio, trabajar con las partituras…
Es una actividad que nos da la oportunidad de poder enseñar a los alumnos una pincelada de percusión.
A partir de esta actividad se trabajan muchos aspectos como la coordinación y la precisión, ya que hay que intentar que sea armónico lo que estamos creando junto a nuestros compañeros.
La lateralidad, ya que utilizan ambos pies y manos.
La memoria, al tener que recordar los pasos que integran un “3” “5” “7” o “9”…
Se trabaja el ritmo, realizando los pasos según la velocidad que el director marque.
La atención y la concentración, ya que el director marca las sucesiones y tenemos que hacerlas a la vez.
Sabemos que la música contribuye de manera activa en el desarrollo integral de los niños tanto intelectual, auditivo, lingüístico, motriz y sensorialmente. Por ello es tan importante el desarrollo de este ámbito.
Como conclusión de las tres actividades de percusión corporal, estoy de acuerdo completamente con que la música hay que vivirla, ya que no es lo mismo verlo, que hacerlo.
