El día 6 de Octubre pudimos acudir a la universidad a nuestra primera clase presencial de música.
Ante esta situación en la que nos encontramos, nada más llegar al aula tomamos las medidas necesarias para comenzar la clase.
A continuación comenzamos a coger un xilófono cada uno, unos tenían los xilófonos de madera y otros, como fue en mi caso, el metalófono.
Comenzamos a explorar como sonaban los diferentes sonidos, dando a las láminas del xilófono con las baquetas.
Empezamos a tocar todas las notas, sueltas, en fila "Do re mi fa sol la si do la si sol"... y también al revés.
Cuando ya nos hicimos un poco con el sonido del xilófono y con las baquetas, comenzamos a ensayar unas pequeñas partituras.
Estas partituras eran muy sencillas, las cuales podemos utilizar perfectamente con nuestros alumnos en primaria.
Las partituras estaban divididas en xilófonos (de madera) y metalófonos.
Por lo tanto, mientras unos tocaban, otros esperaban su turno.
A medida que íbamos practicando las diferentes partituras, podíamos observar lo rápido que habíamos mejorado en tan poco tiempo.
Finalmente pudimos grabar 3 pequeñas partituras, que en mi opinión no quedaron nada mal.
-Como conclusión de esta primera clase:
Para mi era la primera vez que cogía un xilófono y fue una experiencia que me gustó mucho y por supuesto espero poder repetir.
Ser capaz de realizar esos sonidos tan bonitos en tan poco tiempo me dio mucha alegría. Por lo tanto, a mis alumnos les pasará lo mismo, y se podrán sentir "pequeños músicos".
Es una actividad que sin duda llevaré a cabo en mi aula con mis futuros alumnos.